El análisis periodístico nos revela que crowdsourcing esconde algo más: una nueva política que empresas como Boeing, Dupont y Procter & Gamble han aplicado en los últimos meses para intentar solucionar sus problemas con la participación de voluntarios anónimos. Eso sí, con pasta encima de la mesa.
La revista Wired explica que el primer antecedente de crowdsourcing se puede encontrar en el open source, término por el que se conoce el software distribuido y desarrollado libremente. Así, con los proyectos de código abierto, los programadores se reunían para crear complejos programas como el Kernel de Linux, la base de datos MySQL, y el navegador Mozilla. Un ejemplo más se puede encontrar en el portal Portucuenta.com, que te permite desarrollar proyectos de cualquier escala al contar con un equipo de programadores freelance a los que se les pueden asignar distintas tareas para luego ser integradas.
La enciclopedia libre Wikipedia es otro ejemplo de código abierto que se ha desarrollado gracias al crowdsourcing. Fue fundada por Jimmy Wales y Larry Sanger y la versión en inglés comenzó el 15 de enero de 2001. Tres años y medio después, en septiembre de 2004, unos 10.000 editores trabajaban en un millón de artículos en más de 50 idiomas. El 1 de marzo de 2006 la versión inglesa seguía liderando este proyecto y había superado la cifra de un millón de artículos, superando los tres millones entre todos los idiomas. La Wikipedia en castellano comenzó el 20 de mayo de 2001 y ya cuenta con 159.749 artículos.
Holotof.com es una página web donde creativos publicitarios de todo el mundo pueden inscribirse gratis y licitar sus proyectos publicitarios. Los anunciantes tienen muchas ventajas porque ellos deciden el precio que quieren pagar por un determinado proyecto, no hay tarifas predeterminadas: pura oferta y demanda. Además un anunciante puede recibir más ideas creativas que las que recibiría de una agencia tradicional (que normalmente presenta un máximo de tres alternativas de la misma cabeza creativa) o de un solo freelance.